Ella, colchonera de toda la vida, tiene a Torres en un altar. Yo en cambio pondría en su lugar hasta a Julio Salinas. Sí, sé que ese hombre tiene ya como cincuenta años. ¡Lo pondría!
El caso es que ayer, cuando el Niño falló su primera ocasión clara de gol, mi bruja se volvió hacia mí y me golpeó
-¡Ay! ¡Pero si no he dicho nada!
-¡Pero lo ibas a decir!
La violencia doméstica ha llegado a mi domicilio. Este blog no puede sino mejorar
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