miércoles, 30 de mayo de 2012

La prima de riesgo

La prima de riesgo es una cosa que mide la incapacidad para devolver un crédito. Cuanto más incapaz eres más sube la prima y más intereses tienes que devolver sobre lo prestado (en compensación al riesgo que corre al prestamista por dejarte dinero). Cuantos más intereses, más dinero debes, y más difícil es que devuelvas lo prestado, con lo que la prima sube más y la siguiente vez el prestamista te pide aún más intereses

Vamos, que la prima de riesgo es una profecía autocumplida

viernes, 25 de mayo de 2012

El contexto lo es todo

El otro día, mientras paseaba por el centro de Madrid, me topé con este cartel


Mi primer pensamiento fue que me estoy haciendo viejo: en mis tiempos las, ejem, sustancias que se venden por gramos no se anunciaban tan abiertamente. Pero entonces me di cuenta de que había otro cartel justo encima



Así, visto en su contexto, el mensaje del segundo cartel cambia completamente. Y esta es mi chorrada de hoy

miércoles, 16 de mayo de 2012

La presión aumenta

Es bastante normal recibir en el móvil ofertas de publicidad de proveedores de internet. Lo que no es tan habitual es que las ofertas te las mande tu novia

Sí, cariño, te aseguro que voy a contratar internet en casa... en cuanto me decida entre Ono y Movistar

jueves, 10 de mayo de 2012

La pegó desde Cuenca

Fue en una historia de Question donde leí una bella reivindicación del poder del vudú. Empieza con pigmeos que disparan flechas a pinturas rupestres para conseguir éxito en la cacería real, y termina con dibujantes estadounidenses de los años 40 produciendo cómics en que su ejército vence al alemán, como finalmente ocurrió


Así que me voy a poner este vídeo en bucle a ver si influye para algo en el partido del Zaragoza del domingo, que falta nos va a hacer

jueves, 3 de mayo de 2012

El Ferrari que Teddy se compró gracias a mí

En una esquinita del salón , como sobraba un cacho entre el sofá y la pared, mi bruja decidió poner unas estanterías pequeñitas, para guardar cedés. Para los míos, los suyos y espacios en blanco para compras futuras. Una vez montadas quedaba un rinconcito muy mono, así que empecé a sacar mis cientos de discos de las cajas de cartón de la mudanza mientras ella iba a su antigua casa a por sus compactos

Cuando volvió, se encontró con esto:


Toda la estantería ocupada por mis álbumes en perfecto orden alfabético, y ni un huequecillo minúsculo para su docena escasa de discos (por cierto, la mitad de los cuales son distintas versiones de El Rey León). Resulta que tengo más discos de los que ninguno de los dos pensábamos. ¿Quizá si ponemos un altillo sobre las estanterías...?